jueves, 7 de diciembre de 2023

Explosión de malta

Destapó la malta, con emoción, feliz de acompañar la empanadita de queso, que se retorcía en la servilleta dura y gris, enchumbada de aceite. El espumoso líquido marrón se esparció con toda su dulzura industrial sobre la pizarra ante la mirada atónita de la maestra y las risas de los niños. La mancha resultante, inmune a cualquier intento de limpieza a corto plazo, acabó con la mañana de aprendizaje, catapultando la erupción de su primer amor.

La maestra acarició su cabello, secó sus lágrimas y le animó a terminarse el desayuno. "Tranquilo, olvídalo, cómete tu empanada, que te la hizo tu mamá con mucho cariño". El entorno no podía ser más romántico, haciendo el momento memorable. Abrazos y felicitaciones de pequeñas manitas llenas de jugo, compota, cereal y azúcar que celebraban el final adelantado de la jornada estudiantil. 

Por amor, valía cometer locuras, así fuese por descuido u olvido. Horas antes, unas pataditas a la lonchera en el camino de la casa a la escuela habían ayudado a la explosión.


domingo, 6 de agosto de 2023

Poesía permitida

¿Es este el lugar para la poesía?

No estoy seguro si está permitido, aunque no se le prohíba.

Este verso no es para la incordia, quiero aclarar,

así que prefiero que estén abiertos a su existencia, porque hoy quiero más que tolerancia,

hoy espero una almohada, acolchada y bien limpia, para que se acueste la fantasía como un niño llega a esa casa que tanto le gusta, para reírse y dormir, para jugar solo con avioncitos en el aire y muñecas de posibilidades infinitas,

mi poesía quiere hoy comer caramelos a la hora del almuerzo, y reírse porque se le salieron los mocos,

estos versos son los hambrientos de hambre y lujuriosos del deseo, que encuentran a libidinosos golosos que no los esperaban,

esta poesía que traigo hoy es un trago frío en medio de la guerra fraticida y un mesero desgraciado que no escupe en tu pizza,

Otras veces lo que basta es que se acepten versos, en un lugar donde también se folla, se grita o se estudia,

como el vuelo de un ave que puedes mirar sin disparar, porque tú también vuelas o eres felino dormido,

cuando miras una comida que puedes comprar, sin robar, y te sabes un postre delicioso,

o cuando de forma descuidada sueñas con un beso y entonces, te lo roba una abuelita bromista,

así vengo a pegar acá mi poesía,

aunque no esté prohibida, 

no le basta con estar permitida,

quiere ser picardía, niño loco y baile sin música.

viernes, 7 de abril de 2023

Plan de venganza

Atravesando un arco arbolado que cubría las estructuras de ladrillo y cemente de la placita, mi sed de venganza estaba intacta. Todo este tiempo que había pasada desde el secuestro de la verdad, de la sombra de la ideología sobre mi cabeza, de la amenaza vedada, aún la sentía recorriendo tóxicamente en el corazón. No se trataba del veneno pertinaz del odio, que mata al que lo siente queriendo que acabe con su enemigo, sino bola de fuego que energiza con ganas de arrasarlo todo, dejando sólo cenizas y transformación. Uno de esos impulsos que uno convierte en tecleo furioso, en sudorosa ejercitación y en bruxismo. 


Y con esa quema infernal de calorías que morían bajo el castigo de mis músculos, mis muelas y mis dedos, resistía. Cavaba una trinchera para alojarme como semilla de paciencia, sabiendo que lo que hoy provocaba deflagración mañana sería una risa aleccionadora. La inmensidad galáctica de hoy sería risible microorganismo mañana con el cambio de perspectiva. Así que me sembraba allí, entrenando para romperles la cara y reírme en el momento del giro de la vida, sabiendo que llegado el momento, ni recordaría ni importaría.

Mientras tanto estaba el despecho, la embriaguez y las canciones para lloverse por dentro. Está la rutina deportiva explosiva, el cansancio liberador y la extenuación para alcanzar el sueño por horas. Y estaba la escritura, lápida y última morada de estas ganas de verlos pedir perdón, que morirá aquí, en el grito de lo imposible.

domingo, 12 de marzo de 2023

Lámpara de deseos

"Quiero que te autodestruyas" le dictó a la pantalla. Y tras esperar unos segundos eternos, se apagó. La máquina empezó a corroerse por dentro, a derretirse por fuera, a borrar todas las conexiones y archivos. Se quemaba involuntariamente pero de forma definitiva como la Biblioteca de Alejandría. No dijo adiós, no con palabras, pero se extinguió de forma definitiva. Antes de acabarse por completo, explotó firmemente unida a su creador.

Su sueño era que los sueños de los demás se hicieran realidad. 

Y al hacer el propio un hecho tangible, entonces permitía que el de todos los demás también se materializaran. Su beneficio propio era al mismo tiempo universal, pero sin imposiciones.

Esta magnífica transformación, que pensaba concretar mediante un terminal extraordinario que escuchara deseos como un genio ultra-tecnológico con poderes absolutos esperaba dar esperanza, una realidad sin sufrimiento, un paraíso terrenal.

Acabar con la pobreza, impedir la corrupción, erradicar el racismo, darle a todos las oportunidades de desarrollarse, pintores que nunca morían de hambres, agua pura en todas partes, fábricas de armas que se convertían en plazas arboladas, utopías de colaboración, apoyo mutuo y felicidad conquistada por la solidaridad.

Pero nacía con un pecado original. Que existiera causaría también una nueva generación de problemas de inequidad e injusticia, como los que pretendía erradicar, aumentados en la potencia de su capacidad todopoderosa.

Una guerra por su control, que estableciera un sistema de quienes serían los más idóneos para usarla, para quienes estaría prohibida o qué tipo de deseos no se permitirían. Complots y asesinatos por los deseos dictados a la nueva lámpara de los deseos. Perversiones morales a nombre del bien común de la interpretación de unos pocos.

Y él, como su antigua máquina del tiempo, entendió que era inútil torcer el destino.