lunes, 12 de noviembre de 2007

Sálvenme la vida

La verdadera infinitud del Universo
Existencia palpable sólo través de la supervivencia del hombre
como el sonido del árbol que cae, existente sólo si hay oído presente
Se retrata en los pulmones de niños, abuelas y amantes
Del alcalde y el campesino
De cada vecino

Muertos los dioses, destronados monarcas y salvadores
Son las manos microscópicas de héroes desconocidos
Niños chiquitos, señores ocupados, madres solitarias
Quienes tejiendo una galaxia comunitaria
me salvarán la vida

Redes de microbios, hormigas y abejas
Obreros del macroscosmos sideral
Reúnen a fuerza de abrazos
Una potencia mundial

Y parodiando el parafraseo de algún poeta, mejor que yo, les digo:
Esto no es un manifiesto socialista,
Sino una declaración ecologista,
Espiritual,
Y personal.

Sálvenle la vida…

A todos mis amigos

El otro sólo se dio cuenta solo

A veces en mi casa hay peleas, somos familia

Con mi mamá porque no sabe llamar algunas cosas por su nombre
.....Falta de conocimiento a veces, miramientos morales otras tantas
..........Mi mamá no sabe de ministros, ni de cybersexo, pobrecita
...............Yo no sé de hijos, más que serlo, y ese es un oficio malvado

...............Otras, es mi hermana el molotov de la discusión
..........Yo la tildo de todo lo que no me gusta tener en mí mismo
.....Ella es intolerante de lo que no está hecho a su medida
Virginidad e instinto paternal son los culpables

Y está mi hermano, tan lejos y tan cerca,
.....Siempre rivales, encontramos la fórmula para agotar las peleas,
..........Aún quedan gotas, pero ya no hay grandes reservas ni batallas
...............Usando lo mismo que causaba choque de trenes,
....................para construir puentes,
.........................sold out del éxito fraternal

Admirarnos

Ya no soy inmaduro, sino creativo
Dejó de ser materialista, es ambicioso
Me convertí en asesor, más que sabiondo
Él ahora es un líder, no alguien que quiere mandar

Eso no los dijimos a nosotros mismos
El otro sólo se dio cuenta solo

domingo, 30 de septiembre de 2007

Un poemita para ti V - copilota

No te me duermas, copilota
Te necesito despierta, para cuándo yo tenga sueño.

Avísame si puedo meterme aquí,
dónde yo no veo tú ves.

Ponte el cinturón, copilota,
no quiero que nos pase nada,
y alguno de los dos siga en el viaje solo.

Hasta en el cielo quiero quie me acompañes.

Y si no me lo he ganado aún, hoy mismo empiezo con eso.

Yo manejaré con cuidado,
no beberé si tengo que hacerlo,
dormiré bien antes de cada viaje,
y hasta aceptaré cuándo te duermas.

Eso si, copilota.
Nunca dejes de serlo.
Mira que solo no quiero seguir,
menos después de encontrarte.

Tú eres la mejor copilota, la única que lo ha sido,
me avisas cuándo cruzar y haces que quiera, por fin,
aprender, además de a manejar, a volar.
Abramos las alas, copilota.
Tampoco sé aún bailar.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Confesionario de un poeta triste - VIII

Soy el Agua.

Lágrimas que bañan tus mejillas, tus sentimientos.
Agua lluviosa que moja tus ya cansados pensamientos.
Claro estanque, donde se sumerge tu alma, donde flotan las hojas,
Hojas del otoño, recuerdos que no atesoro,
que ruego al Viento llevar consigo.

Aquel destello suave que penetra en tus oídos sordos de sinfonías a Júpiter. Deseando en lenguas latinas que todo haya pasado ya: que la tenebrosa niebla del Miedo pereciera como muere ante la Luz del Sol, al encontrarse con mi mirada, con mi presencia, con tu cuerpo.

Estás llena de duendes que cantan, que vanaglorian frutos del manzano que no han sido probados aún, verdes asesinatos, mentiras ahogadas en un lago sin agua: lleno de pantano y remordimientos, verdades nunca dichas y despedidas secretas e inconclusas.

Preceptos, convicciones y prejuicios: hipócritas hipótesis humanas de lo falso, de la intrascendencia de su naturaleza mental. Jardín despoblado de rosas, de jacintos, de árboles de nísperos, apenas hay conceptos, teorías y fundamentos, grises filosofías metálicas, que no brillan; opacas placas de cristal negro que absorben luz, que brillan en la oscuridad, que sollozan entre las sombras blancas, entre bastidores.

Me encuentro abandonado y triste otra vez, con una tristeza que llevo en el alma, que no muere, que no tiende a desaparecer, una tristeza infinita. Tristeza por ti, por verte morir, por verte partir, por verte alejarte de mí. Una tristeza que me arrastra a la soledad de las multitudes, a una soledad a gritos, a soledad de arte y profesión. Solitario entre cuerpos desnudos que nunca presencia, sabores que nunca probé, pero deseé cuando te tuve.

Mirar las estrellas, escribir poemas, llorar entre los charcos, nadar en las galaxias, son esas mis ocupaciones. Alucinar donde estás, gemir por tu ausencia. Soy tu poeta, vida mía, entre el cese de la respiración y el embarazo, se efectúa la más grande hazaña, la gran tarea que pocos saben cumplir: Vivir.

Soy el Agua. Sollozos que rompen en lágrimas. Hay lluvia en mi alma.

Soy la emoción que hace temblar las manos, que sonroja las miradas, que nubla los sollozos. Desborda la marea de tus ojos, húndete en tus sueños, despréndete de tu carne, vuela suavemente entre estatuas plateadas, en oníricas suposiciones personales, observa las rosadas esferas del aire, mira mi cuerpo sutilísimo, olvida mi concepto, y es así que respirarás mi esencia.

martes, 28 de agosto de 2007

Confesionario de un poeta triste - VII

Nota: El Confesionario... fue escrito por mí hace casi 12 años, cuándo rondaba los 18. Por tanto, son versos rebeldes, llenos de rabia e inmadurez, con serias dudas existenciales y curiosidad espiritual mal alimentado, aún así, son testimonio de un camino, tómenlo así.

No creo en la familia.
No creo en mis padres.
Los hijos no creen en sus padres.

Mi padre tiene razón en tantas cosas,
Como en las que esta terriblemente equivocado,
Al igual que en un espejo, admiro los detalles que muy bien están,
Y noto con atención, los que están inversos,
los que debo tener al revés.

Aunque en supraterrenal preexistencia
debí seleccionar quien me procreara,
y aunque bien sabido es,
que son los justos que debo tener.
Lidiando con los aspectos que me harían estallar,
Sé que algo no anda bien. No creo en los padres.

El antiquísimo autor de la obra familiar, no debió estar tan loco,
Ni tan ebrio, ni siquiera tan equivocado.
Pero el montaje en escena es defectuoso,
los directores no han sido sino un grupo de charlatanes,
de improvisados y ociosos intelectualoides.
Androides que creen tener ideas,
Pinochos que nunca llegan a humanos,
marionetas con problemas existenciales.

Los papeles fueron mal dados, y como en la Guerra del Ajedrez,
El rey se mueve muy poco, y es poco eficaz,
aunque aún así sigue siendo el más importante,
los pequeños peones son sacrificados en el campo,
y algunos pocos logran realizarse,
llegando a ser grandes torres o jinetes,
alguno hasta logrará el Poder de la deseada Reina,
del Mundo de los Dos Colores.

Aquel monarca desdichado para las estrategias lo ordena todo,
sin embargo, en su defecto, no habría cabida de tal juego,
eso es, ¿juego de la vida, acaso? ¿es la vida un ¡juego!?.

Nunca dictan las reglas de éste.

Por petición unánime y desesperada,
explico donde queda la escuela para padres:
Allí donde les molestaba el grito, la injusticia,
la palabra que faltó, la incomprensión,
En la promesa que en tu hogar eso no pasaría,
En que no fallará esa madre que no existió,
En que no se irá de casa el padre.
En que se amarán.

Queridos hijos de la Tierra:

Es su deber no creer en sus padres, refutar lo que dicen,
Desear y añorar en sueños juveniles cambiar el mundo,
De nuevo, si es necesario, claro está.

Pues, han sido ustedes quienes han volcado este verdiazul hogar planetario, quienes han provocado la palabra Historia, quienes han desechado, por la inconformidad de los hijos, por la sociedad, por los valores de los padres, el ambiente que les rodea.

Es que hemos evolucionado,
es que ya no somos lo que éramos antes,
No pregono la felicidad gracias al progreso,
Y admito los grandes errores humanos,
Ya Cristo murió en la Cruz.

Asesinemos entonces, los fósiles de nuestra sociedad,
Pues así, cumpliremos con la profecía,
Y sea bueno o malo, actuaremos por la evolución del Mundo,
Cambiaremos.

Aunque crucifiquemos otra vez a nuestro nuevo Mesías.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Un poemita para ti IV - Poetisa

Hay dos formas de enamorarse
De cualquier mujer y de una poetisa

La que le duele la muñeca, y el alma, de escribir y soñar, tantas veces,
te arrulla y te araña con su femineidad espiritual, espirituosa,
Seduciéndote con la mirada perdida en tus ojos,
en las estrellas, en el universo creado

Por eso te admira, se regaña, insegura en tus fortalezas,
Indómita en su refugio, se admira, te regaña

Cansado el camino de tanto ser pisado, se abandona a tu suerte,
Y tú, sabio de malas rachas, de batallas perdidas,
Aprendes más a ser como éste, y como ella,
Siendo mucho menos como eras tú,
Ahora como son ambos, juntos

Y se hacen uno, camino y tú, tu nombre y el de ella,
Como pasos, vasos, besos, versos,
Se crean, se transforman
Sellan, atan, fusionan
Sin versos, sólo hay besos, ardientes pero moribundos
Terminan enfriándose como las monedas,
Relucientes objetos un momento
Inútiles estorbos metálicos
El resto del tiempo

Yo me enamoré de una poetisa,
Que no lo he dicho todavía,
Que versa y que besa,
Formidablemente

sábado, 11 de agosto de 2007

Confesionario de un poeta triste - VI

¿Creo en el amor?
Y no hablo de la irrefutable e inagotable energía.
Que todo lo posee. Que todo lo crea y en que todo está.

Hablo del amor salpicado, del amor seductor y engañoso,
El que besa y acaricia sin ninguna misericordia, ese que duele,
Que traiciona, el que mata y hace asesinar.

Amo con un amor que dura para siempre en el instante en que existe,
Amo para siempre segundo a segundo, en un eterno presente de cariño,
No hay nada de malo en ello, pues entrego mis ilusiones completas,
Toda mi devoción, pues suelo aburrirme y en otro par de piernas,
Fácilmente fijar mi atención, y quise ser libre y no tenerte.

A nadie.

Aunque mis manos y mis hombros están llenos de ti,
Tu perfume me invade dondequiera, en inimaginables rincones,
Allí se encuentra, como serpiente pendenciera acechando,
Esperando que des la espalda para sonar su insensato cascabel.

Yo odio los recuerdos, y no fabrico ningún tipo de alfombra con ellos,
Donde me pueda tender en molestias, en amarguras, en lo que pudo haber pasado.

Pero es que no puedo olvidarte, incesantemente y sin desearlo,
Pienso en ti, me obsesiono y es para mi mente, mi arte, mi creación.
No es el cumplir de pensarte, es la obligación involuntaria,
Y divina, de hacerlo. Tu imagen aparece ante mí,
En inconsciente invocación.

Afortunadamente, te extraño,
A cada momento mucho más, siendo más desesperante,
Cada vez que respiro, no hacerlo a tu lado.

Pero no creo en amores ni promesas, osadas, atrevidas,
Como panteras en busca de inocentes y débiles presas.

Mi día a día es de entrega, de enseñarte lo mejor,
De temor de perderte, que tu horizonte ya no se dibuje a mi lado.
Que pudieses voltear tu rostro en busca de algo más.
Temo esto porque yo mismo he creado estos miedos,
Yo mismo los he cumplido, yo he prometido y hecho llorar.

He sido despiadado, con látigos de desprecio e ingratitud,
Incomprensión por elevadas polémicas, por imposibles charlas.
Y he abandonado, dejado y echado a un lado,
Luego de haberme entregado de espíritu en mis hazañas.

Mis amores son de arte, esculturas perfeccionadas,
Pinturas majestuosas, que tienen toda mi pasión,
Pero siempre pueden ser mejores, y las admiro diariamente,
Como a las flores y las hago arder con mis rayos de Rey Sol,
Cuando dejan de emocionarme.

He maldecido al amor, y profanado su nombre por frustración,
Pero no puedo evitar amar por siempre, amar y amar,
Sin restricciones, sin inhibiciones, sin traumas,
Amar amando,
Y desear complacer, satisfacer,
Amar más, y que el solo hecho me haga feliz.