lunes, 14 de julio de 2008

Vuelo sumergido

Me ha dicho algún poeta, seguramente borracho,
que es inútil enamorarse de una mujer que no sepa volar.

Por eso, cuándo te beso -como te quiero besar-
busco delicadamente con mis dedos -mientras mi lengua te distrae-
en qué parte de tu espalda, te están empezando a salir las alas

Me desconcierto, y mientras te recorro a besos
–y mis dedos hurgan en tu vientre-
Trato de adivinar con mis ojos, si el secreto está en tus tobillos,
Que te impulsan a zurcir el cosmos con tu vuelo

Nada encuentro, aunque sigo buscando en tu piel
y puedo serlo todo: brujo, astrofísico, sordomudo y clarividente
Ser como niño travieso que ve bajo las faldas debajo de una escalera
o subir un escalón de estas para mirar de frente,
tu cara y mi muerte

Finalmente, es tu suspiro de placer, tu airecito de princesa espiritual,
aquellos ruidos que harás al despertarte,
que dejaremos de hacer al dormir,
todo ese compilado de situaciones que implican el vivir,
la enciclopedia de nuestros encuentros y desencuentros,
un vaivén explosivo que le dará sentido a esta sensación etérea
que se siente como flotar

Lo que me recuerda –qué mala memoria-
que no se puede volar viviendo bajo el agua
eso es culpa tuya, sensual realeza
que me lo haces soñar

martes, 17 de junio de 2008

Confesión aparte: no me gusta tu vida

Lo único que me hace realmente feliz es escribir. Aquí yo construyo el mundo que deseo. Otro universo es posible, en las letras que ordeno, las palabras que gobierno, los párrafos que recolecto. Puedo decidir el destino de una guerra, la explosión de una moda, la muerte de un personaje. Reconcilio versos, enredo teorías y siempre, siempre, siempre... me rescato, salvándome del océano de bulla, ruido, escándalo, bochinche y para-in-fernalia que tengo alrededor.

Juego a construir, ladrillo a ladrillo, un castillo con esclavos. Siempre esdrújulos, adverbiados hasta el fastidio, cansados de ese señor calvo y gordo que resulta ser su amo, malvado ortográfico de amplia sangrías y v(b)astísimos errores gramaticales, se acentúan las agudas diferencias verbales. Dan una vuelta canela y te sacan el dedo, niños malcriados te patean el juego, y se ríen después que les das su coñazo.

¿Y si me diera la perra gana, como se decía antes, de escribir todo lo que me pasa, y como yo quiera? Tendría que confesar las dos amantes simultáneas, que no se hacen demasiadas ilusiones conmigo, porque saben que soy amante pero no Romeo, que soy poeta y les bajo las pantaletas, que no puedo amarlas, sino amarrarlas. No a ellas, no por ellas, no con ellas.

Eso podría decirlo, o admitir que estar solo es más difícil que conseguir la pareja ideal.

A nadie le está permitido admitir que no le gusta su vida, pero todos pueden gritar que odian su ciudad, su país, su familia, su trabajo, su destino, su pareja. Es completamente ilegal asesinar, pero nadie toma acciones contra los familiares y amigos de quienes se suicidan, que creen que todos los demás serán más felices tras su desaparición.

Con mi verbo creador, como un Dios que dictó una Biblia, por lo menos yo puedo instituir leyes terribles, venganzas cósmicas, terneras sagradas y deliciosas, servidas en secretas recetas místicas. Carnes suculentas servidas con guisantes, y hongos, hierbas griegas aromáticas. O ahuyentarte el ánimo, encerrado en el infierno del transporte público que esperas nunca más usar, luego del atraco, el retraso, el charco, todas esas cagadas cotidianas.

Negra, menos mal que mis dedos no me cobran, ni hablan, ni se quejan. Y eso que son venezolanos.

martes, 22 de enero de 2008

Ser escritor

Todos tenemos una, inevitablemente. La tuya, la mía, la nuestra, es siempre un enigma. Por tanto, como triunfo necio sobre un indomabla bestia, se esculpe en piedra sobre nuestra osamenta. Se mezclan entonces montón de pensamientos dentro de tu mente, acerca de la muerte. Recuerdos, canciones, momentos que nunca pasarán -fantasías de todo color-, errores sutiles, reclamos, amores, deudas pendientes.

A veces se me olvida lo que es el amor, si una emoción infantil o un excelente consejo. No sé si es soñar con aquellos ojos que vi cruzando delante de mi vida, perdidos ante mi torpeza añejada de ojos viles, o más bien la fantasía dormida de conquistar alguna vagina imposible, en una extraña batalla contra lo innegable, de mí mismo.

¿Cómo se puede estar en paz sin esfuerzos, sin sueños, sin querer estar en algún lugar, algún día? Algunos sólo respiran, felices de vida, mientras otros se matan por sobrevivir. ¿De qué lado estás tú? Insomnio, bendito sedante, inspira con alcohol estos pensamientos. Vida prolija en obligaciones, hasta para un artista. Forzado entonces a no dormir, borracho, a escribir a deshoras.

¿Quién dijo que tengo tantas obligaciones? Yo quiero ser, quién soy, hasta el máximo. Aún así, admito que me he olvidado, pensando en lo inconcebible: la fecha de vencimiento de mi vida. ¿Dónde me he metido? He perdido el mapa de mi propio Universo.

Una virgen, esa especie temida y despreciada, me ha enseñado de nuevo el camino. Yo, sátiro malvado que juega por selvas histriónicas, rodeado de estas purezas de himen, garotas de fantasía puritana. Quién puedo ser cuándo brillo, y dejo de pensar en quién fui, siéndolo. ¡Qué importa aquello que no conocía antes! Majestuosa fue mi mirada, potentes mis palabras.

Al rescate, eternamente. Excavando profundo dentro de mis ojos. Luciérnagas virtuosas de la poesía andante. Conocerse, enemigo mío, es mejor que perderse aunque consigamos lo mismo. Mi mente, saltarina, ha pensado en nuevas aventuras más allá de la sangre y la vida, la corta respiración de cien años. Como mal perdedor, odio no controlarlo todo. El tiempo parece luchar constantemente. Quitarme dos días, sumarme más años, llevarme a dónde le pide pero a su propio capricho.

Entonces, aquí. Para siempre. Siendo. Decido que empieza una carrera, otro maldito lunes, convencido a ser cada vez más quién soy, incansablemente, hasta agotarme con el sable final. Sin reglas pero con orden. Filmando segundos, corriendo a más no poder. Cuándo me acabe, finalmente, espero que ante la visión última, la muerte me nombre diciendo: si, es él.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Sálvenme la vida

La verdadera infinitud del Universo
Existencia palpable sólo través de la supervivencia del hombre
como el sonido del árbol que cae, existente sólo si hay oído presente
Se retrata en los pulmones de niños, abuelas y amantes
Del alcalde y el campesino
De cada vecino

Muertos los dioses, destronados monarcas y salvadores
Son las manos microscópicas de héroes desconocidos
Niños chiquitos, señores ocupados, madres solitarias
Quienes tejiendo una galaxia comunitaria
me salvarán la vida

Redes de microbios, hormigas y abejas
Obreros del macroscosmos sideral
Reúnen a fuerza de abrazos
Una potencia mundial

Y parodiando el parafraseo de algún poeta, mejor que yo, les digo:
Esto no es un manifiesto socialista,
Sino una declaración ecologista,
Espiritual,
Y personal.

Sálvenle la vida…

A todos mis amigos

El otro sólo se dio cuenta solo

A veces en mi casa hay peleas, somos familia

Con mi mamá porque no sabe llamar algunas cosas por su nombre
.....Falta de conocimiento a veces, miramientos morales otras tantas
..........Mi mamá no sabe de ministros, ni de cybersexo, pobrecita
...............Yo no sé de hijos, más que serlo, y ese es un oficio malvado

...............Otras, es mi hermana el molotov de la discusión
..........Yo la tildo de todo lo que no me gusta tener en mí mismo
.....Ella es intolerante de lo que no está hecho a su medida
Virginidad e instinto paternal son los culpables

Y está mi hermano, tan lejos y tan cerca,
.....Siempre rivales, encontramos la fórmula para agotar las peleas,
..........Aún quedan gotas, pero ya no hay grandes reservas ni batallas
...............Usando lo mismo que causaba choque de trenes,
....................para construir puentes,
.........................sold out del éxito fraternal

Admirarnos

Ya no soy inmaduro, sino creativo
Dejó de ser materialista, es ambicioso
Me convertí en asesor, más que sabiondo
Él ahora es un líder, no alguien que quiere mandar

Eso no los dijimos a nosotros mismos
El otro sólo se dio cuenta solo

domingo, 30 de septiembre de 2007

Un poemita para ti V - copilota

No te me duermas, copilota
Te necesito despierta, para cuándo yo tenga sueño.

Avísame si puedo meterme aquí,
dónde yo no veo tú ves.

Ponte el cinturón, copilota,
no quiero que nos pase nada,
y alguno de los dos siga en el viaje solo.

Hasta en el cielo quiero quie me acompañes.

Y si no me lo he ganado aún, hoy mismo empiezo con eso.

Yo manejaré con cuidado,
no beberé si tengo que hacerlo,
dormiré bien antes de cada viaje,
y hasta aceptaré cuándo te duermas.

Eso si, copilota.
Nunca dejes de serlo.
Mira que solo no quiero seguir,
menos después de encontrarte.

Tú eres la mejor copilota, la única que lo ha sido,
me avisas cuándo cruzar y haces que quiera, por fin,
aprender, además de a manejar, a volar.
Abramos las alas, copilota.
Tampoco sé aún bailar.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Confesionario de un poeta triste - VIII

Soy el Agua.

Lágrimas que bañan tus mejillas, tus sentimientos.
Agua lluviosa que moja tus ya cansados pensamientos.
Claro estanque, donde se sumerge tu alma, donde flotan las hojas,
Hojas del otoño, recuerdos que no atesoro,
que ruego al Viento llevar consigo.

Aquel destello suave que penetra en tus oídos sordos de sinfonías a Júpiter. Deseando en lenguas latinas que todo haya pasado ya: que la tenebrosa niebla del Miedo pereciera como muere ante la Luz del Sol, al encontrarse con mi mirada, con mi presencia, con tu cuerpo.

Estás llena de duendes que cantan, que vanaglorian frutos del manzano que no han sido probados aún, verdes asesinatos, mentiras ahogadas en un lago sin agua: lleno de pantano y remordimientos, verdades nunca dichas y despedidas secretas e inconclusas.

Preceptos, convicciones y prejuicios: hipócritas hipótesis humanas de lo falso, de la intrascendencia de su naturaleza mental. Jardín despoblado de rosas, de jacintos, de árboles de nísperos, apenas hay conceptos, teorías y fundamentos, grises filosofías metálicas, que no brillan; opacas placas de cristal negro que absorben luz, que brillan en la oscuridad, que sollozan entre las sombras blancas, entre bastidores.

Me encuentro abandonado y triste otra vez, con una tristeza que llevo en el alma, que no muere, que no tiende a desaparecer, una tristeza infinita. Tristeza por ti, por verte morir, por verte partir, por verte alejarte de mí. Una tristeza que me arrastra a la soledad de las multitudes, a una soledad a gritos, a soledad de arte y profesión. Solitario entre cuerpos desnudos que nunca presencia, sabores que nunca probé, pero deseé cuando te tuve.

Mirar las estrellas, escribir poemas, llorar entre los charcos, nadar en las galaxias, son esas mis ocupaciones. Alucinar donde estás, gemir por tu ausencia. Soy tu poeta, vida mía, entre el cese de la respiración y el embarazo, se efectúa la más grande hazaña, la gran tarea que pocos saben cumplir: Vivir.

Soy el Agua. Sollozos que rompen en lágrimas. Hay lluvia en mi alma.

Soy la emoción que hace temblar las manos, que sonroja las miradas, que nubla los sollozos. Desborda la marea de tus ojos, húndete en tus sueños, despréndete de tu carne, vuela suavemente entre estatuas plateadas, en oníricas suposiciones personales, observa las rosadas esferas del aire, mira mi cuerpo sutilísimo, olvida mi concepto, y es así que respirarás mi esencia.